jueves, 5 de mayo de 2016

Históric@s: Irene Garí Gilabert

“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y futuro”
¿Que podemos decir que no hayamos dicho ya de Irene? Pocas cosas... parece que ya esta todo dicho... hace tiempo escribí sobre ella: Irene Garí Gilabert (pinchar en el enlace para ver)



Cuando escribí sobre los deportistas históricos de Oliva en el 25 aniversario del club también hice una entrada dedicada en parte a ella... La saga Garí (pinchar en el enlace para ver) 



Hace dos años fue nombrada Deportista del Año de Oliva... la primera representante del baloncesto en conseguirlo... un orgullo para todos nosotros: Irene Gari Gilabert deportista año 2014 (pinchar en el enlace para ver)


¿Podemos decir algo más de ella? Ya hemos hablado largo y tendido de su enorme calidad y condiciones, de todos los logros alcanzados a lo largo de su trayectoria... y seguro que seguiremos hablando muchos años más de ella... es nuestro principal referente, la que ha abierto caminos nunca antes caminados por nadie de Oliva en el mundo del baloncesto... pero en esta ocasión me voy a centrar en su papel en Oliva... 
No, no empezó jugando a baloncesto como muchos pueden llegar a pensar... se apuntó a balonmano en la categoría benjamín... ¿como llegó al baloncesto? Venía a ver a su hermano jugar a baloncesto en el equipo que entrenaba y siempre que la veía yo le decía que se apuntará al baloncesto... se veía en ella una chica con enorme talento... mientras el equipo de Fernando jugaba el partido la veías a ella con 2 balones de baloncesto en medio del pabellón haciéndolos botar a los 2 sin perder el control  de ninguno de ellos... recordar que era benjamin... talento puro, eso era algo que no eran capaces de hacer ni la mayoría de infantiles o cadetes... al año siguiente se dejó el balonmano y se apuntó a baloncesto. Tuve la suerte de que recayese en mis manos (no se si ella pensaría lo mismo)... y formó parte del equipo alevín encabezado por jugadores como Rubén Bellon y Albert Parra  donde se unió a una Glòria Martínez Llidò con la que formaría un tándem espectacular de chicas... aquel año el equipo quedó campeón de la liga comarcal... su rendimiento fue extraordinario, tuvo una evolución constante y meteórica... tenía un dominio de balón propio de un escolta bajito a pesar de ser de las más altas del equipo... se crecía ante los retos... su primer móvil lo consiguió gracias al baloncesto... sus padres no querían comprarle un teléfono, su hermano mayor le picó, le dijo que si conseguía hacer más de 22 puntos en un partido (los puntos que había hecho él en su último partido en el Pamesa) le daría su teléfono... esa misma semana, en un partido jugado en una pista impracticable en el colegio de Escolapies de Gandía logró meter 25 puntos... el equipo perdió (tuvimos muchas bajas ese día... fue el único partido que perdimos en toda la temporada) pero ella consiguió hacerse con el teléfono de su hermano... supongo que se pensaría muy mucho hacer apuestas con ella a partir de entonces... 
En su segunda temporada con nosotros, y última, pasó a formar parte del nuevo equipo que hicimos de chicas... y ella iba a ser uno de los puntales desde el primer momento... ella, junto con Glòria y Angela Calafat debían ser las tres jugadoras sobre las que cimentar el equipo... y no defraudó, todo lo contrario, desde el principio su potencial quedó patente, su nivel de juego fue in crescendo de forma considerable semana a semana... y eso que no entrenaba todo lo fuerte que podría, muchas veces enjugazada con las mayores, Julia Llopis y Adela Lleches sobre todo... eso le costó más de una y de dos broncas... y muchos castigos... no le importaba, ella se lo pasaba bien y aceptaba los castigos como el precio a pagar por ello... pero a la hora de competir lo daba todo, cuanto mejor era el rival más crecía ella en juego y rendimiento... eso le llevó a ser seleccionada junto con Glòria y María Mascarell para ir a la selección valenciana al campeonato de España donde Irene fue una de las líderes del equipo, una de las jugadoras más destacadas... el Ros Casares llamó a su puerta y el resto ya es historia contada... pero los últimos meses en Oliva fueron muy buenos, ganamos muchos partidos, estábamos en un momento muy dulce... ganábamos partidos de forma contundente a rivales a los que al principio de temporada no ganamos o nos costó mucho hacerlo... nos ayudó a crecer y a creer en nuestras posibilidades... Irene escogió un camino difícil pero ilusionante... separamos nuestros caminos en el mundo del baloncesto pero a día de hoy siguen unidos en el transcurrir de la vida... se fue una compañera de equipo, pero seguimos teniendo en ella a una amiga... una persona muy especial y querida... una persona que no ha olvidado sus raíces... si, puedo decir que es una gran amiga. 














  



Lo mejor del deporte en general y del baloncesto en particular es que te permite conocer a gente de la que realmente te conviertes en amigo... con Irene he podido compartir buenos momentos en la pista de baloncesto, pero han sido muchos más fuera de la cancha... hemos compartido rutas de senderismo, cenas, fiestas, puestas de sol, conversaciones, intereses y preocupaciones, un viaje a Atlanta... Irene es una verdadera amiga... te esperamos, como siempre, con los brazos abiertos.  


“Nunca hay que olvidar de dónde venimos… que el brillo fugaz no borre las huellas profundas del pasado… un pasado que es padre del presente y futuro”



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